martes, 24 de febrero de 2009

Ficción (y no ficción) española actual en Televisión. ¿Es nuestra realidad?.

Como pone arriba trato de marcar siempre la línea del respeto a la hora de evaluar trabajos ajenos. Existen muchos factores aparte del de las ideas o pretensiones, detrás de lo que se ve por una pantalla. Pero, ¿es la ficción actual española en Televisión, nuestra realidad, lo que somos capaces de hacer?. Quiero creer, y creo que no. En mi opinión en este país por condiciones socioculturales históricas, hemos sido capaces de tener una larga, rica y próspera tendencia en la creación. En crear bien en general. No pienso (ni quiero pensar) que en este país no tengamos capacidad para realizar cosas mejores que las que nos muestran las cadenas actualmente. Pero entonces, ¿donde radica el problema?.

Lo que no se le debe escapar a nadie que como espectador quiera evaluar en consecuencia, es que la Televisión es sobretodo un negocio. Como tal, esta supeditada a unas normas mercantiles de negocio. ¿Qué persigue?... Rentabilidad. Ya sé que es un poco de Perogrullo, pero sobre todo hay que tener claro este concepto, para juzgar en consecuencia (aunque supongo que no todo se deba vincular a este factor) . Para entenderlo mejor hay que poner por modelo una productora mediana que debe adelantar el producto (una parte de él), para luego recibir el cobro a 90 días, como hace por ejemplo un proveedor de supermercado, una tienda de ropa o un taller. Esto lo que genera es un trabajo a “matacaballo”, con “atropellados” guiones de encargo mal pagados, costes de producción bajos, prisas, producción ejecutiva torticera, más prisas, presión, etc. En realidad si lo pensamos fríamente, lo único que ocurre es que la Televisión no escapa a las convenciones del comercio en general, en el que el perjudicado de este tipo de modelo de negocio es el cliente (el espectador en este caso).

La TDT venía a ser la salvadora de la calidad televisiva. Todo lo contrario. La diversificación de la audiencia hace que el anunciante pague menos por un menor número de espectadores. Por consiguiente aumenta el tiempo de publicidad, y disminuye el coste por programa, lo que repercute directamente en que la calidad sea menor. A esto tenemos que sumar la huída sobre todo de los más jóvenes, a alternativas como Internet.

“Hay que ver lo buenas que son la series americanas”. Cierto. Y es posible que sean mejores que nosotros en idénticas condiciones. Es muy posible. Pero las series americanas cuentan con una audiencia potencial de 300 millones de personas, y sobretodo está la Televisión por cable, donde se estrenan todas esas series que tanto nos gustan a todos. Tarde o temprano (encima siendo sólo 44 millones), no quedará más remedio que asumir costes como espectadores (pago por visión), para poder acceder a contenidos de mayor atractivo. El futuro está claro, a pesar de pintar oscuro; o eso, o esto:


jueves, 19 de febrero de 2009

Desaparecidos

Hace poco, leyendo las noticias me sorprendió un dato: Los cuerpos de seguridad del Estado, buscan a 12000 personas desaparecidas (denunciada su desaparición). Por lo visto dividen estás cifras, hasta concretar que tan sólo el 0,1% son de alto riesgo; aquellos casos que conocemos en mayor o menor medida por los medios. Pero precisamente porque este grupo de alto riesgo ya tiene su propia existencia informativa, lo que me resulta atrayente es los 11880 restantes.

Lo primero que uno piensa es que el número parece importante. Lo segundo es que parece que la policía descarta a priori, que se trate de un secuestro o acto violento. ¿Y entonces qué?. Evidentemente existirá un porcentaje elevado que haya desaparecido por motivos personales, ya sean huidas de entornos familiares, o económicos. En pocas palabras, que ellos han decidido quitarse de en medio. También existirá un porcentaje menor en el que algún tipo de trastorno mental haga casi de la casualidad, la desaparición. También ocurrirá que por diversos motivos, otro porcentaje de ellos estén muertos. Pero son casi 12000 personas. Debería existir un elevado número que viviera entre nosotros. No son 4400, son 11880. Misterio existe, pero terrenal. ¿Quiénes son?, ¿dónde están?, ¿qué hacen?, ¿cómo viven?...

viernes, 13 de febrero de 2009

La percepción de lo real en el cine.

Percepción, objetividad, y punto de vista, en el creador (emisor) y en el espectador (receptor). Las cosas no son como son, sino como las percibimos. Por mucho que tratemos de luchar por conseguir “la objetividad” en nuestros argumentos, la imposibilidad es manifiesta por condicionamiento de nuestra educación, cultura y por supuesto ideología. Incluso factores más alejados de lo evidente, como condiciones geosociales, trastocan la forma de ver. De hecho la utilización del lenguaje nos puede conducir a algo más tangible. “Foma de ver”, “punto de vista”… se utiliza el ojo, lo que nos entra a través de él, para querer exponer nuestra forma de entender algo en realidad. Pero que curioso que el ojo en si, muchas veces nos engaña. Creemos haber visto algo, que una vez revisado no es lo que parece. Pero se puede ir más lejos aún. Depende de en que casos el ojo humano ve distinto. Excluyendo evidencias como enfermedades de la visión, el ojo se adapta al medio hasta el punto de percibir tonos y colores distintos.
Pero claro, si como dice el axioma popular “la objetividad no existe” no se trataría tanto de acercarnos a esta, como de alejarnos lo posible de la subjetividad. Si tengo que viajar, y no puedo hacerlo en avión, lo haré en tren, y si no puedo en tren, en coche, pero siempre será mejor que hacerlo andando.
El realismo en el cine está dividido en dos teorías, en la que la primera marca que no existe ninguna diferencia entre la percepción cinematográfica y la percepción del mundo real, y una segunda que piensa que no existe ninguna vinculación entre el mundo y la percepción cinematográfica. Entre estas dos posturas se encuentran una serie de críticos que dotan al cine por un lado de un estatus casi natural que los distingue de otras formas artísticas, lo que hace es mantener un enfoque doble y mantiene una estética, y por otro lado, distingue una psicología del cine.
Muestro aquí una de las entradas de “El circulo de los mentirosos” de Jean Claude Carriere (entre otras cosas guionista de Buñuel), en la que se expone un ejemplo de percepción que viene muy a colación.


EL SUEÑO DE LA MARIPOSA

La idea de que toda vida es cuestionable, de que toda percepción puede ser engañosa, de que todo juicio puede rebatirse, de que toda afirmación que parece objetiva encierra una parte secreta de arbitrariedad, dicha idea corre por el mundo desde que el pensamiento dejó sus primeras huellas.
Una historia china muy célebre trata de lleno de estas dudas del espíritu. Chuang-tzu nos la ha transmitido.
Un hombre sueña que es una mariposa. Revolotea con gracia de flor en flor, abriendo y cerrando sus alas, sin el más mínimo recuerdo de su naturaleza humana.
Cuando despierta, se da cuenta con sorpresa de que es un hombre. Pero ¿es un hombre que acaba de soñar que era una mariposa? ¿O una mariposa que sueña que era un hombre?
Dicen que nunca pudo responder a esta pregunta.



Saludos.


lunes, 9 de febrero de 2009

Frank Langella

Este fin de semana vi “El desafio: Frost/Nixon”. Me gustaría hablar de Frank Langella, actor al que no tenía muy visto hasta ahora, entre otras cosas porque protagonistas en cine, no tiene muchos. A pesar de haber empezado a hacer trabajos en el cine durante los años setenta, el teatro siempre ha sido su gran pasión. Forma parte del Theatre Hall of Fame desde 2003. Además de tres Tony, tiene en su haber cinco Drama Desk, tres Obie, dos Premios del Círculo de la Crítica Exterior y un Drama League.

La carrera teatral de Frank Langella despegó en Broadway en 1961 al ganar un Obie por su interpretación en “The Old Glory: Benito Cereno”, de Robert Lowell. Posteriormente obtuvo un Tony por “Seascape”, de Edward Albee, “La fortuna del idiota”, de Turguéniev, y "Frost/Nixon", de Peter Morgan (de la que ahora ha sido protagonista tambien en su adaptación al cine). Fue nominado a un Tony por “Match”, de Belber, y “Drácula”, de Hamilton-Dean. Ha protagonizado “El padre”, de Strindberg; “Present Laughter” y “Una mujer para dos”, ambas de Noel Coward, y “Yerma”, de García Lorca, entre muchas otras.

Creo que ya comentaba con la interpretación de Penn en “Milk”, que los personajes basados en personalidades reales, suelen ser para los actores un trampolín a lo trivial. Las características de un personaje que ya viene formado, son menos ricas creativamente y están más supeditadas a la imitación de lo real, por el simple hecho que no puede ser de otra manera, en el momento en que el posible espectador conozca al personaje por imágenes de noticiaros, documentales, etc. Pero la magnitud de su interpretación va más allá de la propia creación del personaje. Alcanza límites brillantes en su representación frente a la cámara, por el hecho de bordar los pasos de la expresividad (sobretodo facial) frente a largos primeros y primerísimos primeros planos, que muestran a la perfección emociones diversas. No sé si Nixon era así, si poseía esa capacidad para expresar. Sé que por culpa de Langella siempre le voy a ver así.


Saludos.


martes, 3 de febrero de 2009

Insomnio Letal

Hoy tengo mucho sueño. He pasado mala noche. Aunque quiero hacer cosas, difícilmente si puedo empezar nada, porque el agotamiento me puede. Si esto me pasa con una única noche, ¿qué será de aquellos que poco más o menos duermen ninguna?. Será por eso por lo que hoy escribo sobre el Insomnio Letal. Esta enfermedad apareció descrita, de modo más o menos preciso, entre las páginas del New England Journal of Medicine en 1986. Es una extraña enfermedad que afecta a uno de cada treinta y cinco millones de personas. Se trata de la imposibilidad de dormir, sin más. La confusión no llega al extremo de provocar la pérdida de la noción entre los sueños y la realidad vivida. Pero la enfermedad debe ser espantosa, ya que el enfermo se mantiene en una situación extrema de debilidad. Pretende dormir pero no puede hacerlo, de modo que el organismo se debilita y comienzan a multiplicarse los síntomas más destructivos, hasta que se produce la muerte clínica. «Las alteraciones de esta enfermedad se manifiestan especialmente en el sistema nervioso simpático, es decir, en el mecanismo que regula la respiración, el latido del corazón y, por añadidura, el sueño. Son funciones que nosotros hacemos de forma mecánica y que las víctimas de esta enfermedad tienen completamente confundidas», explica el doctor Roiter, del hospital de Treviso.

Pero, ¿Cuánto es capaz el organismo de aguantar sin dormir?. Keith Richards contó que en una ocasión se mantuvo nueve días sin dormir. Y no fue la única vez: "pasé seis o siete días sin dormir muchísimas veces. Todo es un hermoso borrón, hasta que uno se cae y se rompe la nariz. Tengo algunas cicatrices. Sólo los testigos pueden decirte cuánto hace que estás despierto. La gente entra y sale, y uno sigue allí, continuando una conversación que empezó hace cuatro días. Fue un lugar interesante para estar. Pero no lo recomiendo”. Claro que no es un buen ejemplo. Se trata del límite humano sin tomar sustancias… Parece ser, que el record lo posee Robert McDonald, que en 1986 resistió casi 19 días sin dormir.

Vi el caso en un capítulo de “House”, y a raíz de ahí, me interesé por cuanto podría aguantar voluntariamente el organismo. Hace unos días leí además esta curiosa noticia relacionada con el insomnio letal: http://www.dmedicina.com/edicion/diario_medico/dmedicina/enfermedades/neurologicas/es/desarrollo/1198307.html

Y aquí cuelgo el extraño caso de un niño que no ha dormido desde que nació.

Saludos.