lunes, 18 de mayo de 2009

Se murió

Tristes están las palabras y las sonrisas, y la primavera (con la esquina más rota que nunca), el aeropuerto de Montevideo, las franquezas y los despistes, la tregua que tuvo tan corta duración. Hoy está triste la tristeza, porque se murió…

Se murió la vida, la esencia, la melancolía, la fuerza de la razón.

Se murió el compromiso, lo sencillo, la claridad, la madre que lo parió.

Se murió la muerte, el desexilio, la utopía, también el desengaño.

Se murió ayer Mario Benedetti, demasiado pronto, como lo bueno, se murió.


"Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada."



1 comentarios:

Jorge dijo...

Lo has definido perfectamente. Se pierde, ya para siempre, una voz imprescindible y una forma de ver el mundo con la que yo concuerdo. Luego está el arte... en eso (que es más subjetivo y más en poesía) también era, para mí, uno de esos con la complicada capacidad de emocionar con su obra.