lunes, 2 de marzo de 2009

La clase / El luchador

La semana pasada vi por fin “La clase”. También vi “El luchador”. Películas muy distintas, de opuesta concepción y percepción.

“La clase” muestra a François un joven profesor de lengua francesa en un instituto “delicado”, situado en un barrio conflictivo. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años. Su método educativo son profundas batallas verbales, como si la lengua que enseña fuese su arma en desuso por esta mayoría de niños inmigrantes. Las culturas y las actitudes se enfrentan en el aula, bajo la representatividad de la Francia contemporánea. La sinceridad de François en ocasiones estimula a sus alumnos, pero su justo sentido de la norma (contraste educativo generacional) se derrumba cuando los alumnos no aceptan sus métodos. De formato realista, muestra un reflejo de realidad cotidiana, un cambio social que avanza casi más deprisa de lo que es capaz de asimilar nuestras mentes. Una de sus armas es un ágil montaje.

“El luchador” narra la decadencia profesional de Randy “The Ram” Robinson (Mickey Rourke), un luchador que en los años 80 había vivido una época dorada en el Wrestling pero que ahora, 20 años después, sobrevive con exhibiciones de circuitos locales, y con “trabajos basura”. Relegado por su hija (lo único que tiene), a Randy sólo le queda la emoción del espectáculo, y la veneración de sus pocos fans, pero un ataque al corazón le obliga en principio a abandonar. Ficción dramatizada, maneja bastante bien los tempos narrativos, y los impulsos de emoción. El fondo del descenso a los infiernos, de quién ha llegado a tocar el cielo.

Yo, como soy un imbécil, a pesar de concepciones tan diferentas, al verlas dije: “¿Qué pueden tener en común estas dos películas, si ambas muestran procesos tan descarnados de la condición humana?”. Ya, pues no por eso tienen que tener relación alguna… pero me dije de nuevo: “Si no la hay, habrá que buscarla”. Y en eso estoy aún, en buscarla… Después de mucho pensar lo único que he llegado a poder concluir, es que quizá la hija de Randy, unos años antes podía ser perfectamente una de las alumnas de la clase de François. Conclusión estúpida, quizá. O no...


Saludos.


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