martes, 20 de octubre de 2009

La dificultad de lo sencillo, o el ingenio de Fellini

Pues eso… Resulta tan terriblemente difícil crear algo tan simple y tan bueno, que sobran las palabras

jueves, 8 de octubre de 2009

¿Una nueva especie?. ¿Una nueva inteligencia?. ¿Un nuevo idioma?.




¿Una nueva especie?.










¿Una nueva inteligencia?.










¿Un nuevo idioma?.


"G-20" , o como mola esto de criticar.

Supongo que todos nos formamos una opinión como espectadores, en cualquier tipo de observación. En mi caso de no mediar engaño, no me llama la atención normalmente criticar o juzgar en exceso el trabajo de otros, poco más allá del me gusta, o no me gusta. Ya se sabe que el criticar es el deporte preferido de aquellos que les da miedo exponerse, la mayoría de las veces sin pararse a pensar en la posible dificultad que supone realizar aquello criticado por los que si se exponen. Visto que “G-20” es fruto de un personaje que se gana la vida mayoritariamente criticando el trabajo de los demás, aprovecharemos este pseudo intento de exposición suya para ser G por un día.

Hace algún tiempo tuve la oportunidad (o inoportunidad, más bien) de ver por primera vez este inenarrable programa “G-20”. También lo vi al día siguiente por si obraba un milagro en forma de transformación, o porfiando en la posibilidad que realmente lo que había visto el día anterior, hubiese sido un sueño… Pero no fue así.

No sé que piensa la gente con posibilidad de pensar, pero en mi caso me sentiría terriblemente patético en el momento en que me mirase a solas al espejo, y me diese cuenta que soy el héroe de quinceañeras insustanciales, treintañeros engañapadres o cuarentones que ponen en duda la llegada del hombre a la luna. Es el caso de Evaristo Mejide, nuevo héroe entre este target de la intelectualidad más selecta. Hay que tener los huevos muy pesados, para sentirse muy orgulloso de haber llegado donde ha llegado, a base de despedazar públicamente imberbes e ingenuos aspirantes a un sueño vendido, y pasearse públicamente con este tétrico curriculum. Esta medida imagen de “malote/destroy de Adolfo Domínguez” , y este discurso más rancio que un hueso de jamón del año 1880 (el jamón más caro del mundo), no hace otra cosa que afianzar en la idea que detrás del personaje, no hay otra cosa más que un intento de huída hacía adelante en el delicado camino de la frustración. Una vez le escuché decir a Robert Mckee, que en la lucha contra la creación de estereotipos en los personajes, nos fijásemos con detenimiento en la realidad: La gente verdaderamente chunga necesita disimular que los son, disfrazándose con buena porte, y por ende al contrario, los pringaos necesitaban disfrazarse de chungos, para poder lanzar el mensaje a los demás que no lo son. Pues eso…”pa malote, malote, mi ci****”

Afinado aguijón leí en alguna ocasión cuando se exhibía por OT. Bueno… afinado es lo mismo que aceptar como música a un niño de dos años aporreando por primera vez un violín. Aún así, no es lo mismo picar con ese “¿afinado aguijón?” a un bebe, que a un elefante. Ni engañar a un catedrático, que a un pobre cabrero que no haya tenido la posibilidad de abandonar su pueblo. Nos contaban en “Fama” que el camino del éxito cuesta “sudor”, ese mismo que Evaristo se ha pasado reclamando desde una altivez impostada a chavales a los que le ha venido grande la dinámica en la que se han visto envueltos. Pero no lo veo por ninguna parte por mucho que intento hacer esfuerzos en su caso. Y es que hay algo que me molesta más incluso que el cinismo: el camino fácil. Y “G-20” es fácil, fácil, fácil. Más fácil que los mecanismos de tres chupetes. Ante teatrillos de feria impostados como son "G-20", que no convencen ni a los habitantes de Gran Hermano, lo único que se puede hacer es contemplar con estupor como el “malote/destroy de Adolfo Domínguez”, intenta zarandear por igual a progresistas y conservadores, PP y PSOE, periodistas solventes y Curri Valenzuela, gente del mundo del corazón y escritores contrastados. Y es que no hay nada más chabacano para un “malote/destroy”, que intentar ir de chungo vendiendo ser imparcial y encima tener que parecerlo.

Bueno, ya está... No parece tan difícil. De momento no me ha dado ninguna reacción alérgica. Y encima no me ha costado un duro. Pues… Como mola esto de criticar.


lunes, 5 de octubre de 2009

The Jon Spencer Blues Explosion

jueves, 1 de octubre de 2009

Mamá, quiero ser guionista (o como se escribió el guión de "Los paháros")

Hace algún tiempo en un foro de guionistas que frecuento, me encontré con el siguiente mensaje (transcripción del mensaje original, tal cual):
“hola chicos etoy escribiendo un corto de terror y necesito inspiracion e ideas. a ver si vosotros me podeis ayudar,necesito que el asesino se vaya cargando a los personajes pero de una manera original. quiero que haya suspense, sustos, vamos que el asesino aparezca de la nada y se los carge, algo originalsi quereis particiapar muchas gracias”

Creo que el texto expuesto habla por si sólo… ¡¡¡Alguien que quiere ser guionista!!!... No sólo no quiere realizar la actividad a la que aspira, y comprobar lo que puede llevar dentro, sino que pide detalladamente (que no claramente) a otro que lo haga. Lo siento, pero la posible inocencia no me vale como excusa. Ante esto se me ocurrió contestar en la única forma en la que te puedes tomar un mensaje así:

“Tengo lo que buscas:

Julián Muñoz, Rodríguez Menéndez, Gunila Von Bismarck, María del Monte, Karmele Marchante y el ex novio de Falete, reciben una carta que les cita una noche en la romería del Rocío. En la carta se les dice que si asisten, uno de ellos podrá optar a un excedente sobrante de unas comisiones: una bolsa de basura de 45 litros llena de dinero. La firma “Se me enamora el alma, se me enamora”. Se muestran reacios, pero gañanes de nacimiento asisten todos. Al llegar, Rodríguez Menéndez, le pega una ostia a María del Monte. Pero ésta se la devuelve y le mata. Uno menos. El resto lo celebra salvo el ex novio de Falete, que llora desconsolado porque amante de los animales, le ha confundido con un ñu. Cada uno tiene su tienda donde dormir. A la mañana siguiente aparecen todos muertos, salvo Julián Muñoz, que hace una llamada intrigado. Aparecen unos tipos que aparentan ser los Village people, pero que resultan ser ex policías de Marbella en paro con mucho tiempo libre. Investigan minuciosamente, con métodos copiados de las series de TV de éxito. Llegan a una conclusión: ha sido la Pantoja, que sin piedad ha ido tienda por tienda cantando su repertorio (de ahí que sólo sobreviviera Muñoz). La Pantoja es encarcelada el 15 de agosto, entre una multitud enojada que lanza vítores a la canción tradicional española, ansiosa y confundida con 12 uvas en la mano. Paquirrín sudoroso pero con un elegante bañador, acompañado de unas chanclas a juego, que resultan ser dos tetas de silicona, se despide de su madre (en un plano detalle observamos que le dice algo al oído y sonríe).
Julián Muñoz está en su casa escuchando un audio libro de Juan Manuel de Prada. De repente aparece Paquirrín por una ventana con un disfraz de Supercoco. Sin piedad, le recita un monologo una y otra vez, hasta que Muñoz empieza a echar espuma por la boca, y cae al suelo. Con dificultad llega hasta su equipo de música, y con el último aliento de vida que le queda, pone a todo volumen el audio libro de Juan Manuel de Prada. Justo después muere. Pero Paquirrín escucha a todo volumen: “Así se alcanza ese estadio pavoroso de depauperación lingüística, donde las arquitecturas sintácticas se desploman y los matices de la expresión -la ironía y la metáfora, la argumentación y el ingenio verbal- son suplantados por un rudimentario conglomerado del que ha desertado la belleza.”. De repente la cabeza le estalla literalmente. Se encoje de hombros, ya sin cabeza, y se larga por la puerta. FIN”



Descubriendo a Lowell Fulson...